A los 40 años, muchas personas
piensan que las oportunidades empiezan a escasear, que la vida ya está
definida, y que es momento de conformarse con lo que se tiene. Pero para mí,
este es apenas el comienzo de una nueva etapa, una en la que he decidido romper
barreras, desafiar estigmas y redescubrirme.
Después de años de vivir en una
rutina que incluía hábitos poco saludables, como el cigarro, Tome la valiente
decisión de empezar de nuevo. Decidí dejar atrás esos vicios que ya no sumaban
a mi vida y, en cambio, abrazar un estilo de vida más saludable.
Esto no ha sido fácil, porque los cambios
radicales nunca lo son, pero mi deseo de vivir plenamente, de cuidar mi cuerpo
y mente, me motivó a seguir adelante.
El reto más grande ha sido empezar
en un nuevo entorno laboral, en una etapa donde muchas personas creen que ya es
tarde para cambiar de rumbo. Sin embargo, me niego a ser definida por un
número. La edad es solo un recordatorio de la experiencia y la sabiduría
acumuladas, y lo veo como un impulso para confiar en que los sueños, con
disciplina y esfuerzo, son posibles de alcanzar.
Con esto quiero demostrar que no
importa cuántos años tengas, siempre hay espacio para un nuevo comienzo. La
clave está en creer en uno mismo, en tener el valor de soltar lo que ya no
sirve y en construir una vida que refleje verdaderamente lo que queremos.
Porque la vida no es una carrera contra el tiempo, sino un viaje de
descubrimiento donde cada día es una oportunidad para ser la mejor versión de
nosotros mismos.



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